Hablar con tu hija sobre la pubertad.
Todos lo hemos vivido, pero a la mayoría nos vendría bien algún consejo sobre cómo ayudar a nuestras hijas a atravesar la pubertad. Desde hormonas en ebullición hasta pechos incipientes, aquí te contamos cómo hablar, apoyar y guiar a tu hija en estos altibajos.
Saber es poder
La pubertad comienza mucho antes de la primera menstruación de las chicas
¿Los pechos son la primera señal de la pubertad?
En más de tres cuartas partes de las chicas, los brotes mamarios son lo primero que aparece. Es normal que un pezón comience a crecer antes que el otro, así que no te alarmes si esto le sucede a tu hija. Como adulta, posiblemente observes una mínima diferencia en tus senos (¡vamos!, la naturaleza pocas veces acata las reglas de la simetría).
Otras señales de que la pubertad está en plena ebullición son el vello púbico, las rachas de crecimiento repentino y el acné. Hemos escrito un artículo para adolescentes acerca de lo que puede suceder (y cuándo) aquí, que te puede ser de utilidad si necesitás refrescar algunos conceptos.
El cuerpo de tu hija se pondrá más curvo y posiblemente aumente de peso. Asegurate de enfatizar que estos cambios son positivos, porque a tu hija podría llevarle un tiempo adaptarse y aceptar lo que está sucediendo. Aunque estés tratando de ser amable, tené cuidado con la forma en que decís las cosas. "Esos jeans son ideales para tu forma", es mucho mejor que decir: "Uy, esos jeans realmente resaltan tus caderas en crecimiento".
Las rabietas no son solo para los niños pequeños.
No te sorprendas cuando le digas algo totalmente inofensivo a tu hija, y eso haga que se ponga a llorar y salga corriendo de la habitación. Como adultos, podemos darnos cuenta de que ciertas situaciones provocan sentimientos incómodos. Por eso, imaginate cómo se siente tu hija, que está lidiando con tantos cambios al mismo tiempo.
Durante la pubertad, el cerebro produce nuevas células y desarrolla diferentes formas de pensar que pueden hacer que tu hija se sienta fuera de control, abrumada e incomprendida. Hemos escrito algo aquí para las adolescentes acerca de lo que le sucede al cerebro y cómo eso puede afectar el humor durante la pubertad.
Entonces, ¿cómo podés ayudar a tu hija a lidiar con estas tormentas emocionales? No es fácil verla enojada o triste, y te podrá hacer sentir tan confundida como ella. La mayoría de los padres saben que la paternidad no es una tarea fácil, pero seguimos sintiendo una sensación de fracaso al no poder solucionar los problemas ni levantarles el ánimo en un instante.
La pregunta que hay que evitar es: "¿por qué estás tan loca?". Eso solo hará que tu hija se sienta mucho más sola y mucho menos comprendida. Intentá averiguar de dónde proviene la frustración y alentala a que comparta cómo se siente. Si no sabés qué decir, y la situación se pone más tensa, sugerí con calma que ambas se tomen cinco minutos. Que quede claro que no estás castigando ni abandonando a tu hija. En cambio, explicale que ambas necesitan un poco de aire.
Marcá las diferencias y compartí las experiencias
Así como la moda y los gustos musicales han cambiado desde que fuiste adolescente, también han cambiado las cosas que tu hija hace y la forma en que se comunica. Si querés compartir lo que has pasado, hablá en primera persona para que sepa que no hablás por ella. Demostrale que entendés lo diferentes que eran las cosas cuando eras más joven, y que sentís curiosidad por lo que ahora vive tu hija. Con suerte, eso la alentará a reconocer sus propias experiencias y sentimientos.
En la vida hay momentos difíciles y tranquilos, así que es sabio compartir las cosas positivas y negativas de la pubertad, porque estas serán más reales y tu hija se identificará mejor. Un poco de humor cada tanto puede ser lo que se necesite para romper el hielo. Si podés recordar el horror de tu primera experiencia con el corpiño (¿Dónde lo compraste?, ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo se veía?), entonces contásela. La pubertad es algo serio, pero no por eso debe ser solemne.
Tomate un tiempo, encontrá el tiempo
Es difícil. Quizás trabajes todo el día, tengas otros hijos o muchos compromisos, y a veces las tres cosas a la vez. Pero si al menos te tomás diez minutos de aquí o allá para estar con ella, eso puede marcar una gran diferencia cuando se trata de apoyar a tu hija.
No necesariamente tenés que esperar a que empiece a hacer preguntas; ella tal vez esté esperando a que vos comiences con las conversaciones más difíciles. Sé valiente. Ser adulta también es enfrentar las cosas que te hacen sentir incómoda. Aunque tu hija parezca sentir vergüenza, tu coraje dará sus frutos a largo plazo.
Lo único que necesitás es una caminata, un paseo en auto o una taza de té en la mesa de la cocina; un espacio y un momento para las dos, en donde no las interrumpan. Algunas cosas deben hablarse a puertas cerradas, no porque sean vergonzosas, sino porque tu hija querrá un espacio tranquilo si quiere hablar abierta y sinceramente.
Si una pregunta realmente te desconcierta, decile que le responderás más tarde, cuando consigas más información o hayas tenido tiempo para pensar. Y asegurate de hacerlo. Tu hija se sentirá mucho más cómoda al tener estas charlas íntimas si siente que hablás con ella seriamente y respondés sus preguntas con cuidado y consideración.
Cuidate
Recordá que no es solo tu hija la que necesita apoyo. Como madre, solo podrás hacer bien tu trabajo si sabés cómo cuidarte vos misma. Es una buena idea conversar con otras madres o padres con quienes tengas confianza. El solo hecho de compartir experiencias similares te reconfortará, porque darás y brindarás consejos sobre la parte más complicada de la maternidad.
Cuando te sentís deprimida, llamar por teléfono a un amigo puede parecer muy difícil (al igual que responder cualquier otra cosa que no sea "Estoy bien" a la pregunta "¿Cómo estás?”) Pero seguramente sea justo lo que necesitás. Si tus hijas ven que a menudo pedís apoyo y consejo a otras personas, estarán más dispuestas a hacer lo mismo y podrán hablar sobre las cosas que les están resultando difíciles.
Hemos escrito un artículo para adolescentes sobre cómo manejar la pubertad aquí. Tratamos muchos de los temas que hemos visto en este artículo, así que vale la pena leerlo.