¿Qué es la depresión posparto?

Cuando se tiene un bebé, existe la expectativa de que, a pesar del dolor del parto, el cansancio, las tomas nocturnas y los gritos del recién nacido, al final todo merece la pena. Recibís tarjetas de felicitación por tu "nuevo paquete de alegría" y tus amigos y familiares te dicen que debés ser el padre más feliz del mundo. Y puede que sea cierto, pero ¿qué pasa si eso no cuenta toda la historia?

Los expertos calculan que alrededor del 80% de las madres experimentan cambios de humor y llanto en las primeras semanas después del parto.  A veces se dice que son "las hormonas" o "la tristeza del bebé". Para la mayoría de las mujeres, se trata de un periodo normal de adaptación que se resuelve con un poco de tiempo. 

Aunque la mayoría de las mujeres experimentan estos cambios de humor, entre el 15% y el 20% presentan síntomas más graves de ansiedad o depresión. Pasar por una depresión posparto puede parecer lo más solitario del mundo en un momento en el que se espera que estés radiante con la maternidad, lo que puede hacer que tu bienestar mental sea aún más difícil de gestionar. Con el apoyo y la atención tanto de los profesionales sanitarios como de los seres queridos que te rodean, podés recuperarte y lo harás plenamente. Lo más importante es no sufrir en silencio y pedir ayuda cuando la necesités.

¿Creés que sólo las madres tienen depresión posparto? Pues pensalo otra vez. Los padres de cualquier sexo pueden sufrir problemas de salud mental después del parto. De hecho, aproximadamente 1 de cada 7 madres y 1 de cada 10 padres sufren depresión posparto.

La probabilidad de padecer trastornos mentales posparto puede aumentar con diferentes circunstancias. Mientras que aproximadamente el 15% de las mujeres experimentan una depresión significativa después de dar a luz, los porcentajes son aún más altos para las mujeres que se enfrentan a la pobreza, y el doble para los padres adolescentes.

Algunos otros factores de riesgo son: pasar por estrés financiero o matrimonial, trastorno disfórico premenstrual, antecedentes personales o familiares de problemas de salud mental, tratamiento de fertilidad, complicaciones en el embarazo, el parto o la lactancia, y ser padres de bebés en cuidados intensivos neonatales. Si alguno de los puntos anteriores se adecua a vos, no significa que vayás a sufrir definitivamente una depresión posparto, así que intentá no centrarte demasiado en ello. Sólo significa que es posible que querás ser consciente de tu salud mental y discutir un plan con tu médico, así como con tus allegados, sobre cómo apoyarte después del parto.

Una de las razones por las que puede ser difícil saber si se sufre depresión postnatal es que los síntomas son diferentes para cada persona. Además, pueden empezar en cualquier momento, incluso durante el embarazo y hasta un año después del parto. Los síntomas pueden ser:

• Sentimientos de ira o irritabilidad
• Falta de interés por el bebé
• Alteraciones del apetito y del sueño
• Llanto y tristeza
• Sentimientos de culpa, vergüenza o desesperanza
• Pérdida de interés, alegría o placer en las cosas que solía disfrutar
• Posibles pensamientos de hacer daño al bebé o a ti misma

Aunque la depresión posparto es el problema de salud mental más común del que podemos oír hablar, en realidad hay toda una serie de trastornos mentales que los padres pueden experimentar. Puede tratarse de ansiedad, síntomas obsesivos, SDPT, trastornos bipolares del estado de ánimo o incluso psicosis posparto, que es una afección extremadamente rara que sólo se da en 1 o 2 de cada 1.000 partos.

Si querés más información sobre los distintos trastornos mentales posparto, Postpartum Support International tiene recursos detallados e información sobre cómo acceder a la ayuda.

Con tantos cambios que se producen a la vez, puede ser difícil incluso recuperar el aliento. Por eso muchos padres no reconocen de inmediato los síntomas de los trastornos mentales posparto. Es fácil descartar los sentimientos de cansancio y agobio como resultado de la adaptación a la maternidad. Pero vos te conocés mejor que nadie, así que si sentís que algo no va bien, confía en vos misma. 

Algunas personas pueden tener miedo de hablar, ya que no quieren ser vistas como quejosas, o que los demás piensen que no pueden manejar la vida con un recién nacido. No tenés que sentirte avergonzada o apenada: no te van a tachar de mala madre ni te van a quitar a tus hijos si pedís apoyo. De la misma manera que le dirías a tu médico si te preocupa cómo se está curando tu cuerpo después de dar a luz, está absolutamente bien que busqués ayuda para tu mente. El posparto es una condición médica que puede ser tratada, no eres un fracaso y definitivamente no es tu culpa.